Ayer el club platense Gimnasia y Esgrima de La Plata fue víctima de un exceso ritualista en el arbitraje de Nicolás Lamolina quien interpretó restrictivamente el rebote en la mano de un delantero de ese equipo, en el primero gol anulado contra Barracas Central.  Como si eso fuera poco, en el segundo tanto anulado se apuró a cobrar una posición adelantada aún antes que la cobrara el línea. 

Barracas Central (7 puntos) consiguió esta tarde en condición de local otro triunfo en el torneo de la Liga Profesional de fútbol (LPF), al derrotar por 1-0 a Gimnasia y Esgrima La Plata (4), en la continuidad de la quinta fecha.

Como ocurrió en el anterior éxito alcanzado en el certamen frente a Sarmiento (5-3) en Junín, el arbitraje tuvo notable incidencia en el resultado definitorio, a partir de una controvertida decisión que tomó Nicolás Lamolina.

Cuando transcurría el minuto 39 del segundo período, el ingresado Cristian Tarragona enviaba la pelota a la red y lograba el empate para un elenco platense que, aún con sus limitaciones, lo había buscado durante toda la segunda mitad.

Sin embargo, a instancias del VAR, el árbitro Lamolina procedió a anular la maniobra y no convalidar la conquista, luego de que se apreciara una mano en la jugada previa cometida por el delantero del ‘Lobo’, Benjamín Domínguez.

Lo cierto es que en esa misma jugada, pero en una instancia anterior se produjo una mano –también casual- del defensor local, Mauro Peinipil. Esa infracción quedó sin sanción.

Tweet de Manu Surasky
Tweet de Simpnasia ⭐⭐⭐

Fuente: minutouno.com; PrimeraPagina.info; LaMovidaplatense.com.ar; VisionPolitica.info; CriticaArgentina.com.ar; NoticiasEnsenada.info