
El crimen de Fernando Báez Sosa: Quiénes son los padres de Máximo Thomsen, el líder de los chacales y condenado a perpetua
Tras conocerse el fallo del Tribunal Oral N"1 de Dolores,- condenatorio de los ocho rugbiers que mataron a golpes y patadas a Fernando Báez Sosa- entran también a escena otros protagonistas en esta dura historia que ya lleva más de tres años. En este sentido, entre los familiares de los imputados, hoy cobraron visibilidad los padres de Máximo Thomsen, quienes asistieron a su hijo, quien se desmayó tras conocer que iba a tener una dura condena a prisión perpetua.
Entre los familiares de los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa que acudieron a la lectura del veredicto este lunes en la ciudad de Dolores están Javier Thomsen y Rosalía Zárate, los padres de Máximo Thomsen, quien fue condenado a cadena perpetua por ser considerado coautor del delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y en concurso premeditado de dos o más personas y concurso ideal con lesiones leves”.
Thomsen, a quien las evidencias señalaron como uno de los principales agresores del estudiante de derecho asesinado, se desmayó en la sala luego de la lectura de la sentencia que lo condenó a la máxima pena que prevé el Código Penal. Tras ello, su madre lanzó: “Esto es todo una mentira, saquen a todos los periodistas, la puta que los parió. Tres años torturándolo, no me importa más nada”.
En las audiencias previas a la sentencia, el lunes 16 de enero, Zárate declaró y fue la única familiar directa de este joven en testificar. Su hijo Máximo, que es el menor de tres hermanos, tenía 21 años al momento del hecho, y al menos seis testimonios realizados durante las audiencias lo ubicaron golpeando a Báez Sosa en el suelo, incluso con patadas dadas con la punta de la zapatilla en su cabeza. De hecho, una pisada sobre el rostro de la víctima dejó en su piel la marca de la suela impresa, lo que permitió identificarlo como uno de los principales agresores y lo convirtió, en consecuencia, en uno de los cinco imputados que recibió la prisión perpetua por ser considerados coautores del homicidio.
Además, se llegó a revelar que fue él quien acusó al joven inocente Pablo Ventura, a quien conocía de Zárate, al señalarlo como el dueño del calzado ensangrentado cuando la policía los detuvo el día del crimen.
Esta suma de acusaciones que se confirmaron a través de los testimonios del juicio no solo significó la detención preventiva de Thomsen y sus siete amigos desde el día del asesinato hasta la fecha, sino que también produjo cambios en su familia.
Tras el crimen, la madre del joven, Rosalía Zárate, renunció al cargo que ostentaba de secretaria de Obras Públicas en la ciudad bonaerense de la que son oriundos todos los imputados. En su declaración ante el tribunal de esta semana, Zárate reveló como vive desde que su hijo es uno de los detenidos más conocidos del país: “Me sentí cada vez más angustiada. No me podía levantar de la cama. Me enfermé. Me fui a atender y me dijeron que tenía algo malo. Me derivaron a un médico, que me dijo que tengo cáncer. Me operaron, sigo en tratamiento. Lo único que hago en estar en mi casa. Salgo para ir al médico y para visitar a mi hijo. No puedo más. Es una pesadilla”, contó mientras su hijo lloraba en el banquillo de los acusados.
Desde aquel 18 de enero de 2020 hasta hoy, Thomsen está privado de su libertad junto a otros siete de los diez jóvenes que salieron juntos la noche del violento episodio. En las distintas sedes de su detención, fue visitado regularmente por su hermano mayor Francisco, su madre y su padre, Javier Thomsen, que dio distintas declaraciones a la prensa a lo largo del tiempo.
“No quiero abrir los ojos. Los chicos están arrepentidos. Estoy enterado de lo que hizo mi hijo”, había dicho Javier Thomsen en enero de 2020, cuando fue a visitar al joven al penal de Dolores en el que estuvo detenido al principio del caso. En aquel momento, se refirió a sus sensaciones y precisó: “Siento una montaña rusa de bronca. Todo el tiempo pienso qué hice mal para que pase esto. Estaban alcoholizados, pero no los justifico”.
En otra ocasión, dijo estar “asustado” de no poder volver a ver a su hijo en libertad, algo que es posible dado la pena de prisión perpetua que puede acarrear el cargo de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” por el que se lo juzga a él y al resto de los acusados.
Más recientemente, mientras estaba en los tribunales de Dolores siguiendo las audiencias del juicio, dijo a LA NACION que las declaraciones de los amigos de Báez Sosa le “daban esperanzas”, ya que -según su visión- habían sido “vagas” y mostraron que “no había un plan de matar”.
Tanto Thomsen como su exesposa, Rosalía Zárate, fueron increpados en la entrada del tribunal el pasado 6 de enero por una mujer al grito de “y llora, y llora, y llora Thomsen llora” mientras otro filmaba la escena con su celular.
Además de Máximo Thomsen, los acusados son: Luciano Pertossi, de 21 años y apodado “Chano”; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21. Al grupo completo que vacacionaba en Gessell se suman Juan Pablo Guarino y Alejo Milanesi, que fueron sobreseídos en 2020 al no poder ser ubicados por testigos o filmaciones agrediendo a Fernando Báez Sosa o a los amigos que buscaban socorrerlo.
Fuentes: infocielo.com, lamovidaplatense.com.ar, noticiasensenada.info, primerapagina.info, criticaargentina.com.ar y visionpolitica.info